La Musica
La variada música desde
la antigüedad hasta nuestro siglo no sólo ha destacado por la cantidad sino
básicamente por haber planteado nuevos rumbos en cuanto a la relación
obra-realidad, realidad en todo el sentido del concepto. El compositor
queda más involucrado en las distintas etapas del producto final,
desde la génesis sonora hasta ciertas condiciones acústicas, y muchas veces
estéticas, de la sala de conciertos.
Hombre y música comienzan a
fundirse, identificarse, cada vez más quedando el todo, por lo general,
convertido en un fenómeno plenamente particular, no repetible. Dentro de esta
íntima fusión está el ejecutante quien tendrá a su cargo ciertas
decisiones que rematarán el acabado final.
Uno de los argumentos que
predomina a lo largo del siglo XX es: "El libre pensamiento". El
compositor ya no está dispuesto a acatar reglas escolásticas; no quiere decir
esto que sistemáticamente las incumpla, sólo se da
el tiempo necesario para revisarlas y discutirlas, rompiendo de este
modo la atávica presión psicológica que sobre el sujeto produce
cualquier escuela 'estructurada e inamovible'.
Resulta evidente que el Siglo XX
pone fin a la hegemonía del funcionalismo de Rameau. Claro está que
podemos encontrar antecedentes en el mismo Siglo XIX pero no habrán de ser lo
suficientemente contundentes como para acometer tal empresa.
Como contrapartida, el público queda mucho más distanciado de las nuevas
corrientes estético-filosóficas; sin embargo es dable esperar, con los años, un
paulatino acercamiento de éste para consolidar los cuatro actores vitales de la
música.
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